25 Nov La Iglesia, hospital de campaña
(Sebastian Silva/EFE)
XISKYA VALLADARES / The Objective
17.10.2014 – John O´Reilly, sacerdote Legionario de Cristo, culpable por abusos sexuales a una menor. Es lo que ha determinado el Tribunal Penal chileno. Si realmente ha cometido los delitos, celebro que se haga justicia. Ojalá todos los pederastas fueran condenados y cumplieran sus sentencias, sacerdotes o no. Pero me gustaría que nadie aprovechara la coyuntura eclesial de los sacerdotes pederastas para acusar a inocentes como venganzas personales. Y que tampoco se generalizara como a veces se ha hecho.
«Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla» (Francisco)… ¡Qué gran acierto! Yo también siento a la Iglesia así. Y, aunque sé que para muchos no ha sido una expresión afortunada, a mí me parece de lo más acorde con el Evangelio. Lo que está claro es que vivimos en un mundo herido, dentro y fuera de la Iglesia. Ya vale de pensar que la Iglesia la formamos personas perfectas, santas e infalibles. Somos pobres, pecadores y débiles. Necesitamos curar heridas, acoger miserias, restablecer vínculos, abrirnos a la misericordia, hacernos sensibles con los más necesitados. Somos seres imperfectos que vamos aprendiendo torpemente a existir. No lo sabemos todo, vamos discerniendo día a día lo mejor para nosotros y para los demás. Caminamos en fe que siempre supone mucho de oscuridad. ¡Cuánta humildad necesitamos para reconocernos hospital de campaña!
Un hospital de campaña se improvisa ante la urgencia; hay enfermos y médicos, y muchas veces los médicos son también enfermos o heridos de guerra. En un hospital de campaña todos son heridos y a la vez todos aportan todo lo que pueden según su situación. Opino que hay que condenar a los curas pederastas, pero que también sean noticia los miles que entregan su vida por los demás. Hay que defender y ponerse del lado de las víctimas, pero también hay que buscar cómo sanar y prevenir heridas y jamás sentirnos superiores a nadie.
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