25 Nov Rafa Nadal: buen deportista y buena persona
(Clive Brunskill/Getty Images)
09.05.2014 – Rafa Nadal pasa a octavos de final en el torneo de Madrid por 6-1 y 6-0 en 68 minutos en un juego contra el argentino Juan Mónaco. Nunca he oído críticas negativas contra el número uno del mundo del tenis, ni como persona ni como jugador. De la misma manera que no suelo admirar a ninguna estrella, a Rafa lo admiro.
Dicen que como deportista no es sólo número uno por jugar bien y ganar, sino por su solidaridad con sus contrincantes, por su limpieza en el juego y por su elegancia en el trato. El mallorquín da mucho que hablar, pero contrario a lo que suele suceder, en su caso es siempre para bien. Y estos valores deportivos son a su vez valores personales que ha vivido desde pequeño.
No se puede ser buen deportista sin ser buena persona. Me diréis que sí, que hay muchas estrellas de fútbol que lo único que hacen bien es darle al balón en el campo de fútbol. Para mí eso no es ser buen deportista. Ni el que sólo busca ganar, ni el que sólo mira el dinero que le pagan, ni el que se limita a hacer bien su trabajo sin más, ni el que compite sin importarle nada los demás. No sería buen deportista. Y quizás porque escasean los realmente buenos, a Nadal lo quieren y admiran en casi toda España.
No me resisto a contar que Rafa fue alumno de uno de nuestros colegios de Inca cuando era muy pequeñito. Y que su abuelo es muy amigo de una Hermana de Congregación mía. No he tenido ocasión de conocerle en persona aún. Pero todo lo que oigo de él, me lleva a admirarle. Ojalá fomentáramos los auténticos valores deportivos a nuestros niños y jóvenes: El afán de superación, la solidaridad, el buen humor para encajar los dolores y fracasos, el aprendizaje de los errores, el trabajo en equipo, el esfuerzo al límite de nuestras capacidades, la alegría de ganar con agradecimiento, el trabajo hecho lo mejor posible, la honestidad, el compañerismo y la amistad. Buenas personas que saquen lo mejor de sí para alegría de los suyos.
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