26 Nov La RIIAL: Comunión y encuentro
Para quien no lo sepa, soy mimebro del staff de iMisión, un grupo para la evangelización en la Era de Internet surgido como inspiración del Espíritu Santo a raíz de un diálogo en Twitter entre Daniel Pajuelo, sacerdote marianista, y yo. Desde el inicio, mons. Claudio María Celli, presidente del PCCS, nos habló de la RIIAL, nos dijo que iMisión debía conocer y crear sinergias con la RIIAL y en general con todos los grupos de Iglesia, pero nos hizo hincapié en este organismo que es el más antiguo de la Iglesia en materia de comunicación (unos 30 años de recorrido). Pues bien, amigos, este sueño que surgió en 2012, es otro de los sueños cumplidos de iMisión. La semana pasada pude representar a nuestro grupo ahí en el XIII Encuentro Continental de la RIIAL en Lima (Perú). Y quiero compartir con todos vosotros mi experiencia.
Os confieso que suelo tener facilidad para poner palabras a las cosas que suceden y que vivo. Sin embargo, esta vez no es así. Ha sido tan grande, me ha llegado tan adentro, que llevo días sin que me surjan las palabras. No he sido capaz de hablarlo con nadie. Y sé que muchos lo están esperando porque no he ido en nombre propio sino en nombre de iMisión. Así que, aunque sé que hoy tampoco llegaré a explicar todo lo ahí vivido, aquí va mi resumido testimonio.
Ante todo he descubierto una Iglesia viva, activa y rebosante de alegría. Pero también muy preocupada y ocupada por los más pobres y los más alejados. Esto ha sido el primer impacto. La sede fue en una casa sencilla donde sobraba acogida y calidez, pero donde dormíamos de dos en dos y prácticamente sin wifi, ni un salón acondicionado para pasar muchas horas reunidos. Algo impensable en un encuentro de este calibre si se hubiese realizado en España. Y, sin embargko, no era importante para la Organización ni tampoco para os participantes, porque tenían muy claro que para la Iglesia la cultura digital es ante todo una cultura de encuentro, no de cables aunque estos sean necesarios. Os puedo asegurar que nadie hizo problema de esto, aunque alguna vez hiciéramos bromas por la dificultad de no poder acceder a la wifi. Me quedo con las bromas, con el ambiente de familia, con la comunión que se podía percibir y contagiar. Fue precioso el diálogo que pude tener sobre esto en varias ocasiones con el padre Cote, un argentino miembro del Comité de la RIIAL.
La RIIAL tiene cuatro pilares claros: 1) llegar hasta los últimos 2) tener una mesa común de recursos 3) ecuación necesidad-servicio para ofrecer soluciones y 4) un traje a medida. Pero no se quedan en papel mojado. Se viven y se captan intensamente. Todas las horas que pasamos reflexionando giraron en torno a temas como la necesidad de visibilizar la comunión, llevar Internet hasta donde aún no ha llegado, pensar cómo conectar mejor con el hombre de hoy en la cultura digital, cómo ser testigos de la alegría del Evangelio en el Continente Digital y exponer todo lo que cada país está realizando ya en torno a estos temas. Os puedo asegurar que quedé más que impresionada.
La comunión no es necesidad de marketing, sino necesidad de vivir aquel «Que todos sean uno» y «Amaos como Yo os he amado» de Jesucristo. Y pude percibirlo en la alegría de las veladas nocturnas-culturales, en la ilusión y entusiasmo de los grupos de trabajo y en la pasión de los distintos ponentes. Me encantó ver a Cristianne Aparecida, la directora de la RIIAL en la Santa Sede tocando la guitarra y cantando, y a todos los participantes (muchos de ellos sacerdotes, algunos obispos y muchos laicos) bailando y compartiendo con suma sencillez y auténtica alegría después de días de intenso trabajo y cansancio.
Llevar Internet hasta donde aún no ha llegado me hizo recordar aquella Iglesia de la Edad Media y del Renacimiento que creó las escuelas, los hospitales y las universidades. Hoy mis alumnos de cuarto de carrera de Educación me preguntaban si eso no era un tema secundaria. Yo les contestaba que ahí donde llega Internet llega la cultura, llegan nuevas ideas, llega el trabajo colaborativo, llegan nuevos contactos. No es tan secundario en nuestro mundo actual cuando Internet está cambiando nuestra concepción de muchas cosas y nuestro modo de percibir la realidad y al ser humano. Incluso la fe, me atrevería a decir yo. Y es la Iglesia en América Latina quien está luchando por la desaparición de la brecha digital. Algo alucinante. Me impactó mi diálogo con el cubano, cuánto aprendí de él sobre este tema. Hablamos durante toda la visita al parque de las aguas. A mí las fuentes en ese momento me importaron bien poco, lo grande de esa visita fue ese encuentro largo y reposado con el cubano.
Cómo conectar con los hombres y mujeres de nuestro mundo actual, no para hacer proselitismo, sino para proponerles aquello que a nosotros nos ha cambiado la vida y nos ha llenado el corazón. No por proselitismo sino por atracción. Porque puedan descubrir en nosotrs testigos auténticos de la alegría del Evangelio de un Dios que nos ha enamorado el alma de tal manera que no podemos callarlo y debemos gritarlo desde las calles digitales. En diálogo sincero porque habrá muchos puntos de encuentro con el hombre agnóstico y ateo cuando nosotros somos realmente auténticos en nuestro modo de vivir el Evangelio. Con humildad porque hay muchas verdades relativas (solo una es absoluta), porque el corazón humano está hecho de la misma pasta en todas partes y porque Dios no suele ir por ahí haciendo milagros deslumbrando al ser humano y coaccionando su libertad, sino que actúa desde nuestra propia naturaleza sencilla y abierta a lo sobrenatural. Me encantó un diálogo que tuve sobre este tema con Leticia Soberon. Me encantó porque me di cuenta de cómo Dios va inspirándonos a todos un mismo camino en un mismo tiempo histórico.
Y emocionante, alucinante, fue constatar todos los esfuerzos de los presentes en cada uno de sus países y misiones. No puedo contar todas las iniciativas que se presentaron ahí. Pero sí que la creatividad al servicio de la evangelización es enorme y contagiante. Que el trabajo es incansable y que no existe la comodidad a la hora de evangelizar. Desde la creación de Apps, portales, softwares off line y también on line, hasta iniciativas catequéticas e iMisioneras. Desde una preocupación por salir en búsqueda de la oveja herida, perdida o que ha huido de su centro. Todos con la idea clara de una iglesia en salida que no se queda de brazos cruzados esperando a que vengan a buscarla. De una Iglesia capaz de montar donde sea necesario un hospital de campaña para curar, alentar y dar esperanza al hombre que sufre en las periferias existenciales y físicas de hoy.
Y en medio de todo esto, me impactó la cercanía, la proximidad y la acogida de todos, pero especialmente de los más altos cargos que a pesar del gran cansancio, siempre tenían tiempo para preguntarte cómo estabas, qué tal te iba todo, etc. Recuerdo al padre Cote, miembro de la Comisión de la RIIAL, a Susana Nuin, la secretaria ejecutiva de Comunicación del CELAM, a Cristianne Aparecida Monteiro, la directora de la RIIAL en la Santa Sede, a Mons. Lucio Ruiz, Jefe de la Oficina de Internet del Vaticano, a Leticia Soberon, consultora del PCCS a y al incansable y siempre acogedor Mons. Claudio María Celli, presidente del PCCS. Todos atentos, todos cansados pero siempre con una sonrisa sincera y con tiempo para lo que necesitaras de ellos. Incansables en escuchar, en acompañar, en estar al 100% presentes. Yo hacia todos solo puedo tener un corazón agradecido.
Y fijaos cuántos nombres femeninos, cuántas grandes mujeres ahí. Que nadie me diga que la Iglesia es machista. Al menos no es lo que yo he vivido estos días. La mujer en el tema de la Comunicaión de la Iglesia tiene un papel muy activo en Latinoamérica e incluso en el Vaticano. Esa ha sido mi experiencia.
Sé que me dejo muchos nombres, muchas personas, y muchos momentos compartidos. Pero sería injusta si no agradezco a José Antonio Varela todas sus atenciones como buen arcángel de mi visita en Lima. Las visitas culturales realizadas en grupos, la comida final de despedida con ese espectáculo tan rico de bailes y cantos regionales, y tantas vivencias inolvidables. Pero como María, esta vez guardo todo eso en el corazón para meditarlo con cariño con la esperanza de que algo me hayan contagiado de todo su valor. Lo que me queda más claro que el agua es que somos muchos misioneros en esta era de Internet intentando dar testimonio de la alegría del Evangelio, desde la sencillez de nuestras posibilidades y las luces que el Espíritu va dándonos para este mundo con tanta nostalgia de Dios.
Gracias, hermanos participantes del encuentro de la RIIAL!! Gracias por permitirme vivir esta experiencia de una Iglesia tan viva y tan activa, enamorada de Jesucristo por quien es capaz de tantas iniciativas y esfuerzos por llevar su mensaje hasta los confines de la tierra que hoy nos permite llegar las redes sociales. Y gracias iMisión porque me habéis enviado, acompañado y mantenido siempre en conexión.
Firmado: Xiskya Valladares Paguaga
P Antonio Camacho
Posted at 21:41h, 03 diciembreHermana muchas gracias por tu testimonio y por recapitular la experiencia vivida en Lima. Continuemos comunicando la alegría del evangelio a través de las autopistas digitales para conectar a todos y llegando a los más alejados.
Carmen Polo
Posted at 22:04h, 30 noviembreGracias por vivirlo y compartirlo.
Sigamos!!!!, mejor, sigámosLe!!!!
Leticia Soberón
Posted at 10:32h, 30 noviembreXiskya! Gracias por este hermoso comentario. Esa mirada sobre la realidad es también un don que Dios te ha dado. Fabuloso compartir y dar gracias, y así ser sal y luz. Todos están invitados a esta mesa común!
Leticia Soberon
Virginia BONARD
Posted at 21:26h, 27 noviembreFue muy lindo conocerte, hermanita! Sos muy «piola» se dice en Argentina cuando alguien achica distancias y se hace amigos con sencillez. Vivís arriba de un hashtag que te sopla #El De Arriba, con la ternura y la sensibilidad cristiana a flor de piel. Entendés este tiempo sin tibiezas: el mundo digital es nuestro mundo y ya. Dios te bendiga y hasta la próxima!
Xiskya
Posted at 18:44h, 27 noviembreEnrique, no está firmado porque esto es MI blog. Todo lo que aquí se escribe es mío, es decir, no necesita firma, porque no es un blog colaborativo. No obstante, lo he firmado por hacerte caso esta vez. Pero no volveré a firmar ningún artículo por la razón que te digo. De hecho, ahí arriba debajo del título dice quién lo ha escrito: Posted by Xiskya on nov 26, 2014 in Blog, Noticias, Reflexiones. Saludos.
Enrique Soros
Posted at 18:31h, 27 noviembreOye, no está firmado el artículo. Es excepcional en todo su contenido. Mil gracias por tu testimonio!!! Pero haznos un favor… ponle firma 🙂 Un gran abrazo desde Washington!!