06 Jul Respuestas a tu curiosidad religiosa

Bueno, en mi post anterior me puse a tiro para que hicierais todas las preguntas que quisierais sobre temas relacionados con el cristianismo/catolicismo. Ha habido más preguntas de las que imaginaba, aquí van las respuestas. Espero que os ayuden aunque sea un poco.

1. ¿Existe el purgatorio?

Su existencia es un dogma de fe. Pero el cómo se realiza no está claro. La palabra en sí, purgatorio, no aparece como tal en los Evangelios; pero sí lo que ella significa. Por ejemplo, en Mateo 12, 31 Jesús nos habla de una blasfemia contra el Espíritu Santo y dice que este pecado no se perdonará ni en esta vida ni en la futura. Esto da lugar a pensar que existen pecados que sí podrán ser perdonados en la vida futura.

El purgatorio no es un lugar ni dura un tiempo, porque esas coordenadas de espacio y tiempo no existen en la otra vida. Solo podemos asegurar que se trata de un estado, posiblemente doloroso, que purifica nuestros pecados, como cuando tomas conciencia de que has herido/ofendido a una persona que amas mucho y sufres aún pidiendo perdón. Existen varias teorías acerca de cómo será. Pero realmente solo son teorías. Lo único que la Iglesia asegura es su existencia.

2. ¿Cuál es la forma correcta de dirigirse a una monja: Madre o Hermana?

Eso depende del origen de las congregaciones religiosas. En unas se les llama Madre, en otras Hermanas y en otras Sor. En mi congregación todas nos llamamos Hermanas, aunque muchas veces tan solo por el nombre.

3. ¿Es válida la misa ortodoxa para un católico y puede comulgar en ella?

Sí es válida y se puede comulgar porque los ortodoxos también son católicos. Los católicos romanos nos diferenciamos muy poco de los católicos ortodoxos. Existen también los católicos caldeos, asirios, etc. Aquí puedes leer las diferencias entre los católicos ortodoxos y los católicos romanos.

4. Santa Teresa hacía «oración», ¿es eso una forma específica de rezar? ¿Tenéis en el mundo católico algo semejante a la meditación?

La oración la define Santa Teresa como «tratar de amistad con quien sabemos nos ama». Para los católicos, cualquier forma de oración o meditación supone una relación con Alguien, con Dios. Claro que existe la meditación cristiana, la diferencia está en la orientación: hacia un Tú distinto a mi yo. Rezar lo solemos usar como término amplio para orar, meditar o repetir oraciones vocales.

5. ¿Por qué los católicos creemos que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo? ¿Son los tres en uno? ¿Cómo explico esto a un joven de hoy?

La Trinidad NO ES:

a) No es la creencia en tres dioses. La Biblia enseña con claridad, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que Dios es uno (Deut. 6:4) y que hay un solo Dios (1 Tim. 2:5). Jesús nunca proclamó ser “otro” Dios, sino que dijo que él y el Padre eran uno (Juan 10:30).

b) El cristianismo no cree que las tres personas son sólo distintos roles de la misma persona, convirtiéndose a veces en el Padre, a veces en el Hijo y a veces en el Espíritu Santo, como si la Divinidad sufriera de múltiple personalidad.

c) Tampoco cree la iglesia cristiana en un Dios que creó a Cristo como un dios menor, tal y como enseñan algunos grupos sectarios.

La Trinidad ES una revelación bíblica: En el Antiguo Testamento hay indicios. El Nuevo nos muestra:

a) a Jesús como Dios (Juan 1:1; Rom. 9:5; Tito 2:13; Fil. 2:5-6; Col. 2:9; 1 Tim. 3:16; 1 Juan 5:20; Ap. 1:8,11-13).

b) El Espíritu Santo tiene atributos y derechos propios de Dios (conoce lo profundo de Dios, 1 Cor. 2:10; imparte vida, Rom. 8:11; es creador, Job 33:4; es omnipresente, Sal. 139:7).

c) nos muestra a las tres personas en alguna actividad conjunta: Mr. 1:10-11 en el bautismo de Jesús; Mt. 28:19 en la fórmula que se debe usar en el bautismo; 2 Cor. 13:14 en un saludo del apóstol Pablo, que pone a los tres como dignos de derramar bendiciones sobre los lectores de esa carta.

Ha habido muchos  intentos de explicar la doctrina de la Trinidad diciendo que es posible encontrar otros ejemplos de cosas que son “tres en uno”: 1) El agua (la misma agua, pero en sus tres estados, sólido, líquido y gaseoso); 2) las dimensiones de las cosas (largo, ancho, profundidad), son tres, pero es la misma cosa; 3) Los árboles, ya que tienen raíz, tronco y ramas, pero es el mismo árbol; 4) El hombre que es, a la vez, esposo, padre e hijo; 5) El trébol que tiene tres hojas, pero es el mismo trébol; 6) la electricidad que impulsa un motor, que da luz por medio de una lámpara y que hace funcionar una plancha (son tres clases de aparatos, pero es la misma electricidad); 7) El triángulo que tiene tres lados iguales, pero es un solo triángulo; etc.

Pero ninguno de estos ejemplos puede mostrar a la perfección una verdad tan profunda e infinita como la de la Trinidad. Por esta incapacidad nuestra para entender a Dios, es que Él tomó la iniciativa y decidió hacerse como uno de nosotros, en la persona de Jesucristo, para enseñarnos cómo es: Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre (Juan 14:9), Jesús vino para dar a conocer a Dios (Juan 1:18).

Así que la Trinidad es un misterio. Lo más que podemos llegar a afirmar es que Dios es uno solo, pero se manifiesta en Padre, Hijo y Espíritu Santo.

6. Que pasa después que morimos? Si bien está la promesa de la venida de Jesús y todo el desarrollo del Apocalipsis… qué le pasa a nuestras almas mientras?

La Biblia deja claro que esta vida no es todo lo que hay. Al morir cada uno tiene su juicio: el abrazo del Padre, o la purificación del purgatorio, o el sufrimiento eterno de lo que llamamos infierno. Nuestras almas no se quedan por ahí esperando el juicio final de la segunda venida de Jesús. Ni tampoco andan por ahí deambulando como fantasmas o espíritus vagabundos por la estratosfera. Es un misterio porque nadie ha vuelto para contárnoslo, pero la revelación bíblica es lo que nos dice. Los cómo del más allá los desconocemos, solo se nos ha revelado lo importante.

7. ¿Por qué empeñarse hacer el bautismo tan pequeñines si todavía no se tiene consciencia del acto?

La Iglesia aconseja el bautismo de los niños para integrarlos desde muy pronto en la gran familia cristiana. La pila bautismal es como el gran útero que da a luz a los hijos de Dios. El sacramento actúa aún sin que seamos conscientes de nada. No como algo mágico, sino como un regalo de Dios que después hay que cuidar para no echar a perder. Por eso es tan importante la fe de los padres y padrinos que se va a transmitir a los hijos sobre todo por el testimonio, más que por las palabras. Un sacramento como el bautismo es el regalo de Dios de hacer a esa criatura su propio hijo. ¿Le negarías eso a tu hijo? Es como cuando te regalan al nacer una joya de tus abuelos, es tuya, te hace rico, pero no lo sabes.

8. Si Dios quiere el bien para nosotros, ¿por qué a veces nos pasan cosas malas, sin motivo?

El mal es otro misterio de la vida. ¿Por qué Jesús tuvo que ser crucificado? ¿Por qué los niños inocentes son violados? ¿Por qué un volcán arrasa toda una ciudad? No tengo respuesta para estas preguntas. Pero creo que el dolor no puede ser estéril. Y confío que Dios hará justicia algún día. Te aconsejo que cuando vivas algo malo sin motivo, no intentes entenderlo, sigo confiando en que Dios te ama y que algo bueno saldrá de todo ello. Y, por supuesto, si se trata de un delito cometido en tu contra, denúncialo ante la justicia humana.

9. ¿Qué hay de cierto en el poder de profecía que muchos han de presumir?

La profecía es la denuncia de la injusticia. No es el adivinar el futuro. No confíes en los que dicen vaticinar el futuro. Solo Dios sabe. Los verdaderos profetas son los que denuncian el mal y la injusticia de este mundo, nada tienen que ver con el más allá. Todo cristiano es sacerdote, profeta y rey. Sacerdote porque intercede ante Dios, profeta porque defiende a los más pobres y desprotegidos, y rey por su dignidad de hijo de Dios.

10. ¿Por qué el celibato?

Tendría que preguntarte por el celibato de quién. El celibato de los sacerdotes diocesanos es una norma de la Iglesia. Los primeros sacerdotes cristianos estaban casados. En el año 385 se prohíbe que los sacerdotes tengan relaciones sexuales. Sin embargo, esta ley no se cumplía y en ciertos lugares se observaba a sacerdotes con mujeres o estos las tenían a escondidas y a nadie le importaba. En el siglo VIII, por ejemplo, San Bonifacio informa al Papa que en Alemania casi ningún obispo o sacerdote es célibe.Fue en el año 1074 que el Papa Gregorio VII dice que toda persona que desee ser ordenada debe hacer primero un voto de celibato. El Concilio de Letrán I (año 1123 con el Papa Calixto II) decreta que los matrimonios clericales no son válidos. Pero no fue sino hasta el siglo XV y XVI que todos los sacerdotes fueron en verdad célibes. Puedes ampliar la historia del celibato de los sacerdotes aquí.

En cambio, el celibato de religiosos/as y monjes es distinto. Es una opción personal libre que se hace basada en una consagración total de la vida a Dios. Jesús fue célibe y no manda a nadie que lo sea, pero lo recomendó como entrega radical de amor por el Reino de los Cielos en Mateo 19, 22: «Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda.» Deja claro que esta cuestión no es para todos.  San Pablo en I Corintios 7,32-40 también explica que el «no casado» está libre de preocupaciones de este mundo y se ocupa así de las cosas del Señor.

En la práctica, el celibato ayuda a no tener el corazón dividido, a poder dedicar todo el tiempo a Dios y en él a los hermanos (sin exclusividad afectiva), a construir el Reino de Dios a full time. Y ese es el por qué del celibato.

11. ¿Cuál es el sentido de la toca de las monjas? ¿Por qué algunas congregaciones la llevan y otras no? Cabe la posibilidad de no usarla (p.e. por motivos médicos). Y ¿cuáles son los paralelismos y cuáles las diferencias que se pueden encontrar con el velo islámico?

La verdad es que la toca en sí es solo un signo más de la vida consagrada a Dios. No hay que absolutizarla. Por eso muchas religiosas no llevan toca. Existen muchos otros signos: la cruz, la ropa sencilla, etc. Y claro que cabe la posibilidad de no usarla. Esto depende de los acuerdos de cada Congregación religiosa. En la mía, por supuesto que no la llevamos en la cama, ni enfermas, mucho menos en un hospital, pero tampoco en la playa, ni si vas en bici, y a veces tampoco en algunas marchas por la montaña. Otras Congregaciones que usan toca no la llevan dentro de casa. En verdad, este tema de la toca no es fundamental. Tan solo tiene sentido para quienes ven en ella un signo de la consagración, pero que puede estar puesto igual en otros aspectos, como te decía.

Respecto al velo islámico, creo que es bien distinto. Tengo entendido que la mujer musulmana que usa velo (también las hay sin velo), no se deja ver por nadie que no sea su marido. La verdad es que desconozco bastante el mundo musulmán y no puedo responderte más a este respecto.

12. He leído alguna vez los evangelios y descubro a un Jesús, sencillo, humilde, sin pretensiones de que lo traten de algo superior. ¿Por qué el clero se tiene que identificar para reflejar su estado en la jerarquía eclesial, con vestimenta de un color u otro, con “detalles” (mitra,..), que delatan su “categoría” en la Iglesia? Y puestos, ¿por qué al dirigirnos a ellos dependiendo de su estado jerárquico eclesial, le llaman Exia., Revmo.,…?

Esto es debido a la historia posterior. Pero si te fijas el papa Francisco intenta volver a la sencillez y humildad de los inicios. Esto es lo más evangélico, o sea, lo más propio de Jesús. Las vestimentas y títulos vienen de otras épocas. La indumentaria eclesiástica fue determinada por la Iglesia en el transcurso de los siglos. Pueden dividirse en tres grupos: los hábitos religiosos (como el mío), el traje eclesiástico (el de los sacerdotes, obispos y cardenales) y los ornamentos sagrados (los que visten en misa).

En cuanto al traje eclesiástico de los clérigos en la vida social, ha sido siempre un traje talar aunque no se fijó el color ni la forma hasta los comienzos del siglo XVI desde el cual se ha usado el color negro constando de manteo y sotana. El cuellecillo blanco se distinguió a partir del siglo XVII. Los obispos llevan traje morado por lo común desde el siglo XVI y los cardenales púrpura desde el XIV.

Los ornamentos sagrados de la Iglesia derivan de las vestiduras usuales entre la gente de la honesta vida de Grecia y Roma al tiempo de la difusión del cristianismo. En el siglo VI, con el cambio de trajes civiles, resultaron más visibles las diferencias entre ellos y los sagrados. En el siglo IX, ya poco faltó para quedar uniformemente fijados los ornamentos en las iglesias de Occidente aumentándose los colores litúrgicos. Desde el siglo XII, se generalizaron los que hoy existen (excepto el azul, que es recentísimo) y el Papa Inocencio III fijó al terminar dicho siglo el uso respectivo de los aludidos colores para las festividades del año, determinándolo según la costumbre establecida y quedando así completa la constitución de las vestiduras sagradas. Pero no fue constante y firme del todo hasta finalizar el siglo XVI.