28 Sep #AsiLaRedNoMola – Riámonos de las monjas que da notoriedad

La red ha fomentado el egocentrismo, el afán de notoriedad y ha mostrado con lupa de aumento las inmadureces personales de muchos de sus usuarios. Por supuesto, si además podemos reírnos de un colectivo considerado fácil, mucho mejor. Riámonos de las monjas que nos va a dar notoriedad. Cierto. Notoriedad de niñatos y machistas. Voy a explicarme.

La foto es machista. Los hombres y mujeres machistas se creen que la alegría y el placer se centran en los genitales masculinos, como si estos fueran el centro del mundo. Lo triste es que ha quedado patente que para muchas personas que se han compartido la foto y se han reído de ella, esto es así. Demuestran un nivel humano de infantil. Por eso he dicho que también es propio de niñatos.

Un grupo de Hermanas, entre las que me encontraba yo también, fuimos a Roma por la clausura del Año Santo de la Vida Religiosa. Unas celebrábamos nuestras bodas de plata y otras sus bodas de oro de consagración religiosa y nos hicimos un selfie. Carlos Adama, fotógrafo, nos vio y ni corto ni perezoso disparó hacia nosotras, según él, ante una imagen tierna y graciosa, sin malicia. Yo le hice señas de que no queríamos foto suya, pero él dice que no me vio. El problema es que luego publicó en Facebook esta foto sin permiso nuestro. Y de ahí otra persona, un tal Lucian Dobârtà, tomó la foto e hizo un montaje de mofa. La viralidad estaba servida.

Hoy la foto original se ha publicado ya en 83 sitios distintos de Internet. (A fecha de 27 de octubre ya son 136 sitios)

Pero la foto montaje se ha publicado en 335 lugares de Internet. (A fecha de 27 de octubre ya son 352 sitios)

Ha circulado por Wahtsapp y mensajerías instantáneas sin límite ni control y mucha gente, encima, se ha creído que era una foto real. La gente no sabe distinguir los montajes.

Todo esto ha dañado enormemente nuestra imagen y reputación, nos ha hecho perder mucho tiempo y energía. Y no ha servido de nada hasta hoy reportar las fotos en las redes sociales. Solo el autor de la foto original puede reclamar retirarla por derechos de autor. Él dice que algunos le han hecho caso y la han retirado, pero el actor Paco León, por ejemplo, en lugar de retirarla, lo que ha hecho ha sido publicarla en más lugares, claramente con afán de notoriedad y de hacer daño. Se ha retratado.

He lanzado en Twitter la campaña #AsiLaRedNoMola. Ha tenido mucha aceptación entre mis seguidores. Pero ni siquiera amigos muy cercanos la han apoyado. Han sido 13.963 impresiones en 24 horas. Creía que funcionaría el «hoy por ti, mañana por mí», pero me olvidaba que el colectivo de monjas no es numeroso y claro está, esto solo funciona si la foto es de una monja. Ni siquiera los curas han dado la cara, a ellos no les va a suceder, claro. El problema es que la sociedad actual cada vez se vuelve más irrespetuosa con todos y son muchas las víctimas de las redes sociales desamparadas.

Ni el derecho al olvido, ni el derecho a la propia imagen, ni el derecho al honor, ni siquiera el derecho de autoría está funcionando ante ultrajes de este tipo. Nadie está exento de que le suceda algo así.

El Doctor Arturo Cadenas, abogado y profesor del CESAG, ve en este hecho varias vulneraciones de la Ley:

El haber realizado la fotografía supone Vulneración del derecho a la propia imagen (en su dimensión derecho fundamental Art. 18 de la C78 y 7.5 de la LOPHII /82) de las personas involucradas y reconocibles a las que no se solicitó y de las que no obtuvo consentimiento expreso.

El haber utilizado la fotografía con fines de publicitación de su negocio (dando por hecho que esa fue la finalidad perseguida al exponerla públicamente) vulnera el derecho a la propia imagen de cada una de las personas involucradas en su dimensión comercial (Art 7.6 de la ley citada); dado que, como en el anterior párrafo se apuntó, no se solicitó consentimiento alguno.

El montaje posterior vulnera el derecho de autor (dimensión reproducción y manipulación) que tiene el fotógrafo sobre su obra.

Dicho montaje también vulnera el derecho fundamental al honor de las personas involucradas y reconocibles y, en segundo lugar, el derecho al honor del colectivo hacia el cual se orienta la befa pública (artículo 7.7 de la Ley y art. 18 de la C78).

Mis consejos para hacer una red más agradable:

1. No publiques fotos de otros sin su permiso, es ilegal. Menos aún si son personas privadas, aunque representen a un colectivo público.
2. No compartas fotos este tipo de fotos. Te haces cómplice de la ilegalidad y sobre todo irrespetuoso de la intimidad de las personas.
3. Denuncia los montajes y las ilegalidades en la red. Hay al menos dos cauces: La Unidad de Delitos Telemáticos de la Policía y los Juzgados.

El ABC se hizo eco del hecho, le agradecemos a la periodista MÓNICA ARRIZABALAGA por esta difusión. Pueden leer la noticia aquí: «No, las monjas no se hacían un selfie ante el David de Miguel Ángel».