10 May Fake news al servicio de las dictaduras

Les viene bien a las dictaduras la moda de las ‘fake news’. En «río revuelto, ganancia de pescadores» y esto es lo que está pasando. Los gobiernos opresores se defienden de las acusaciones diciendo que son ‘fake’ y, por si fuera poco, crean más confusión inventando más falsedades.

En la Nicaragua de Ortega, es muy viejo y conocido el sistema de los motorizados, miembros de las Juventudes Sandinistas, que salen a alterar el orden público cuando el pueblo protesta o se manifiesta, para achacarlo a los manifestantes. Los vecinos saben quiénes son los que ahí se conoce como ‘sapos’ (delatadores), quiénes son los que viven del partido FSLN. Es un país pequeño, de pequeños pueblos y ciudades.

Voy a poner solo un ejemplo:

Con todas las protestas iniciadas en abril 2018, que han conseguido saltar las barreras de la censura periodística a través de las redes sociales (especialmente Twitter), hoy llegó a mis manos una noticia del único periódico independiente en papel, La Prensa: Telcor llama a empresas proveedoras de internet para abordar ataques cibernéticos y noticias falsas. Telcor es como Telefónica en Nicaragua, solo que ahí es del Gobierno.

Analicemos la cuestión: Se parte de un hecho real y se aprovecha ese hecho para una medida interesada. Así se crean las fake news. El hecho real: Anonymous ha hackeado webs del gobierno. La medida o consecuencia: Restringir Internet, controlar las redes sociales, etc. En una palabra, censurar la libertad de expresión, el único recurso que el pueblo tiene para contar al mundo lo que dentro del país los periodistas no pueden publicar: un genocidio que se ha cobrado ya la vida de 68 jóvenes, tan solo por el hecho de manifestarse contra el régimen. De hecho, la wifi gratuita que el Gobierno había puesto en todos los parques del país, ya se ha retirado. Esto mismo ha pasado en otros países: Venezuela, China, etc.

Le viene muy bien a estos gobiernos la moda de las fake news. No hagamos crecer estos bulos. No mintamos compartiendo todo lo que nos llega por whatsapp o redes. Verifiquemos la información, es muy sencillo revisar si algo es falso o verdadero. Pensemos un poco antes de emocionarnos queriendo ser los primeros en compartir algo que, por apelar directamente a nuestras emociones, queremos creer de modo ciego. No a las fake news. No confundamos más a la gente.

Recomiendo mucho leer: Fake news y periodismo de paz, por Papa Francisco